Nigthwatch

La misma razón que hace años me hizo ver "Pacto con lobos", cinta de acción francesa que arrasó en la taquilla gala, me hizo ver "Guardianes de la noche", cinta rusa a la que le fue mejor que al "El señor de los anillos" en aquel país. Sabía que era la primera entrega de una trilogía basada (ahora lo sé) en las novelas de Sergei Lukyanenko, cuyos libros llevan como título "Night watch", "Day watch" y "Dusk watch".

La película habla sobre la eterna lucha entre el bien y el mal, pero los protagonistas de esta batalla no son propiamente ángeles y demonios, sino humanos a los que se conoce como "los otros", ya que poseen habilidades especiales (vampiros, cambiadores de forma, videntes, hechiceros, etc). Ambos bandos han luchado desde hace miles de años, pero un día se dan cuenta de que los dos tienen las mismas posibilidades de ganar, así que para evitar un exterminio, deciden hacer un pacto: ninguno de los dos puede incitar a ninguna persona (u otro) a que se adhieran a un de los dos bandos, cada uno de "los otros" debe decidir por sí mismo. Para evitar que la tregua se rompa, el ejército de la luz (nigthwatch) cuidará al lado oscuro para que no rompa el pacto, mientras que el ejército de la oscuridad (ligthwatch) hará lo mismo por su lado. Sin embargo, existe una profecía que dice que llegará un "otro" tan poderoso que decidirá el destino de esta enemistad en una lucha apocalíptica. ¿Qué lado tomará? En la Rusia de 1992, el destino final para los ejércitos se acerca.

De entrada la cinta es espectacular, aunque su estética a ratos es de videoclip, visualmente parece más salvaje que Matrix en las escenas de acción. Además la historia transcurre en los suburbios Moscú, lo que me resultó bastante atractivo, ya que habitualmente todas estas cosas transcurren o en EEUU o en alguna capital europea de moda. El protagonista (Anton Gorodetsky) es un personaje que vive atormentado (mucho más que el impávido de Neo por cierto), y que siendo un "otro" eligió la luz (o el bien), pero sin tener las herramientas necesarias para aguantar las exigencias.

Aclaremos que esta no es una película de terror, es de acción, y de la buena. Más allá de la lucha entre el bien y el mal, uno encuentra una intricada lucha psicológica entre el protagonista y sus circunstancias, tensión que no se resuelve al final, sino todo lo contrario, los sucesos finales son el verdadero comienzo de una batalla más grande de lo que pensábamos.