Roma o Imperio?

Esta fue la pregunta que me hice al conocer del estreno de dos nuevas miniseries del cable. Y ahora que he visto sus primeros capítulos, puedo tratar de contestarla.

Primero, algunos datos generales. Roma es un coproducción de HBO y la BBC (Band of Brothers) mientras que Imperio es de Hallmark, lo que ya nos da algunos indicios sobre los énfasis de cada una de ellas. Roma costó el doble de los que costó Imperio (US$100 millones versus US$50), aunque esto no se nota tanto en la pantalla. El casting no tiene grandes diferencias, la mayoría de los actores los hemos visto en otras series o en roles secundario en el cine. Por último, la épocas que relatan son bastante similares, Imperio comienza con la llegada de Julio César a Roma (44 A.C.) mientras que Roma lo hace alguno años antes (52 A.C.)

A mi juicio, la gran diferencia entre ambas, radica en el guión. Imperio nos relata una historia de aventuras, que comienza cuando Julio César antes de morir le encomienda a Tyranuss, que es su guardaespaldas y el mejor gladiador romano, el cuidado de Octavio, su sobrino y heredero. Aquí comienza la travesía, al tener que huir de las fuerzas de Cassio (que controla al Senado) cuyo único fin es hacerse con el poder total. En resumen, Imperio es una historia familiar, a ratos entretenida, digna exponente de las producciones de Hallmark Channel.

En cambio Roma es otra cosa. Roma se desarrolla en torno a los conflictos políticos que existen entre Julio César y Pompeyo, en donde Cassio es sólo uno de los factores relevantes, ya que aparecen también Atia (hermana de Julio César) y Marco Antonio (su segundo al mando). Además, Roma es una serie para adultos, con diálogos y escenas para adultos. Nos muestra una ciudad donde el sexo, como costumbre, es un bien transable por poder, a la traición y la intriga como protagonistas. En Roma no existen héroes épicos, sino muy humanos, con defectos y virtudes claramente definidas. En fin, Roma es la serie que elegí. Mientras Imperio se puede disfrutar comiendo popcorn con los hijos o sobrinos, Roma se disfruta sin niños alrededor, con una botella de vino, queso, y, si la suerte acompaña, con alguna cortesana dispuesta a satisfacer los deseos de todo soldado de la gloriosa Legión Romana.